en efecto, esta semana fui víctima de una fuga de niños:
Acto 1: suena el timbre y escucho golpes insistentes en la puerta
(miro por la mirilla y no hay nadie)
Acto 2: suena el timbre tan insistentemente.
(miro por la mirilla y no hay nadie)
escucho que se cierra una puerta.
Acto 3: ajá... suena el timbre varias veces en forma insistente. La mascota emite sus ladridos ensordecedores. Golpean la puerta insistentemente. Más ladridos ensordecedores.
abro la puerta y no había nadie
Entonces me doy cuenta que soy víctima de la vecinita de 8 años que vive en frente.
que se ríe detrás de la puerta luego de su fuga.
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