Después de un festejo familiar quise ser cordial y preparar el café. Digamos, la cuota de cafeína necesaria para terminar bien el día.
Pero, como no podría haber sido de otra forma, el café tardaba y tardaba en hacerse.
Por las dudas, por estar en casa ajena, pregunté "¿esta cafetera funciona así?". Sí, todo estaba bien, el filtro, el agua, el café.
Pero nada, no pasaba nada.
A los veinte minutos, un poco más alarmada, voy a verificar nuevamente qué sucedía con la cafetera... para encontrarme que había enchufado el electrodoméstico que estaba al lado de la cafetera!
Conclusión: no me pidan que les haga café! Los enchufes me embroman! (y se ríen a carcajadas en mi cara!)
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