Cuando estuve en Cataratas de Iguazú, vi algunos coatíes, unos animalitos muy simpáticos que se acercan a la gente muy amigablemente para que los alimenten (y así zafar de tener que ir ellos a buscar su comida).
Me llamó la atención uno de ellos: un bribón en potencia estaba más interesado en una bolsa de una señora con perfumes que en la comida. Claro que era imposible que quisiera perfurmarse en vez de comer. Sin embargo, la señora tuvo que hacerse de todas sus fuerzas para lograr que el coatí soltara prenda! (creo que si no hubiera sido por el helado que se le cayó a una nena, todavía estaría mirando tal espectáculo de la naturaleza tan poco natural)...
Me llamó la atención uno de ellos: un bribón en potencia estaba más interesado en una bolsa de una señora con perfumes que en la comida. Claro que era imposible que quisiera perfurmarse en vez de comer. Sin embargo, la señora tuvo que hacerse de todas sus fuerzas para lograr que el coatí soltara prenda! (creo que si no hubiera sido por el helado que se le cayó a una nena, todavía estaría mirando tal espectáculo de la naturaleza tan poco natural)...
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