Saturday, February 10, 2007

baile de insectos

Si hay algo que no me gusta para nada, es en el momento que con los días de calor aparecen los bichitos en las casas. No me gustan ninguno de ellos, pero en especial me parecen muy feas las polillas gigantes que aparecen de la nada.
Y, anoche, luego de un día de calor relativamente agradable, apareció una de ellas, en mi casa mientras yo leía un libro fabuloso del que no me podía despegar (una historia de amor, por supuesto, pero de lo más extraña).
No soy el tipo de personas que no puedan matar un bicho, aunque me produce mucho asquito, entonces, debo decir, para ser fiel a la verdad, que tengo una manera muy peculiar de matarlos (salvo que pueda hacer que salgan de mi casa, después de todo los bichos por algo deben tener un sentido en nuestra existencia, además de molestarnos): les tiro desodorante de ambiente a aquellos que no me gustan, y almohadones a los mosquitos (para que no me ensucien las manos).
Quizá sea algo gracioso, y cuando lo cuento, todo el mundo suele reírse, pero es cierto. Prefiero no envenenar a un pobre insecto, y mucho menos matarlo con mi zapato. Me encanta que huela lindo para cuando le llegue el momento.
Esta mañana cuando desperté todavía había aroma floral en el aire... y el insecto estaba patas arriba en el piso del baño. Yo diría que fue una muerte perfumada...

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